lunes, 4 de agosto de 2008

Cero al as...

El Xeneize sabe que debe cuidar su arco para que su poder ofensivo no se anule. Los defensores se hacen cargo de los errores cometidos y apuestan a mejorar con rodaje.



Cáceres cabecea y atrás lo miran sus compañeros de defensa. Este semestre, el desafío es poder consolidarse atrás.

Disculpe, estamos trabajando para usted".

No, no es que Boca esté construyendo una inmensa pared delante de su arco, pero algo de eso hay. Lo dicen los mismos jugadores, que en este semestre tendrán que ponerse el mameluco y apilar ladrillos para tapar los huecos que quedaron del Clausura y de la Copa y que el yeso no llegó a cubrir en los tres amistosos que se jugaron en la previa. Porque los mismos agujeros defensivos que le impidieron a Boca consagrarse en la Libertadores y en el torneo quedaron a la vista ante Tecos, Dorados (de México) y Tigre, tres 1-1. Tres motivos de preocupación para Carlos Ischia: a su equipo le cuesta horrores terminar con su arco en cero. Y más por falencias propias que por virtudes ajenas. A tan poco del inicio, ¿habrá tiempo para preparar una muralla?

Es cierto. Para entender por qué Boca apenas mantuvo sin goles su valla en apenas 8 de 31 partidos jugados hay algunas explicaciones, además de los imponderables. Que nunca haya podido repetir lo que para el DT es su defensa titular (Ibarra, Cáceres, Paletta y Morel) puede ser una justificación: primero se lesionó el Negro y luego el ex Banfield, y así debutaron Forlin, Monzón (la revelación) e Ibáñez (fue vendido); así jugó Roncaglia, y hasta debió improvisar un lateral derecho, con Jonatan Maidana y Alvaro González. Y sin resultados positivos. Su dupla central más eficiente fue la conformada por los dos paraguayos, aunque el más nuevito tuvo primero que superar un período de adaptación que casi le cuesta el puesto. También, es verdad, tuvo problemas un poco más atrás: Caranta no dio las garantías de otros torneos y sus lesiones también generaron grietas. "La continuidad es lo que te da confianza. Nosotros recién pudimos formar la defensa titular con Fluminense, allá en Brasil. Ahora será fundamental mantener la última línea y conseguir solidez para que los de adelante sólo tengan que preocuparse por hacer goles", analiza Caranta. Algo que había marcado Palermo hace unos días: "Más allá de lo que fallamos adelante, hay que garantizar el cero en nuestro arco".

Hay otros factores que no se deben pasar por alto, justamente. De los 33 goles que recibió en 31 partidos, siete fueron de cabeza, dos de tiro libre y ¡cuatro en contra de su propia valla! ¿Autores? Dos veces Cáceres, Alvaro e Ibarra. En este nuevo semestre, ante Tecos y el sábado con Tigre, Boca volvió a recibir goles por vía aérea. Allí, evidentemente, es donde peor la pasa. "En la pelota parada es donde más fallamos y es algo que tenemos que mejorar", aclara Morel. No es lo único: otra falencia del equipo fue permitir que le convirtieran en los últimos minutos: desatenciones defensivas, errores de cálculo y relajación ocasionaron empates a segundos del final y evitable pérdida de puntos (Central, Olimpo y Atlas, por ejemplo).

Es tan cierto que Boca genera muchas situaciones de gol a favor como que se desequilibra atrás. Porque la defensa no es sólida y porque recibe poca colaboración del medio: tiene volantes con vocación ofensiva (Dátolo, Román, Chávez) y muchas veces Battaglia se ve desbordado en las contras. Para colmo, se viene Moreno y Fabianesi (página 12), de las mismas características. Sin embargo, más allá del contrato por dos años a José Calvo, Boca decidió no reforzar la defensa. Confía en su dupla central titular y también en la suplente (Roncaglia-Forlin). También en sus dos laterales (aunque allí pierda altura y Morel le haya rendido más por adentro) y en sus reemplazantes (Calvo y Krupoviesa). Y le queda Maidana como comodín. Entre todos ellos deberán cimentar esa pared que tanto necesita Boca, la que en este 08 lo dejó en la puerta de todos los festejos.

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