jueves, 14 de agosto de 2008

Otra Vez Violencia...

La barra de Boca tiene otra interna. Se agarraron atrás de la Bombonerita tras el triunfo ante el Lobo Jujeño, a un grupo le prohibieron la entrada contra Arsenal y casi hubo tole tole en Avellaneda.

El lío frente a Arsenal. Mauro (derecha), con camperón.
El semáforo está en rojo y nadie hace nada. La interna de La Doce recrudeció en las últimas semanas y en los dos partidos que lleva jugados Boca en agosto, hubo otros tantos enfrentamientos que preanuncian una guerra de graves consecuencias. Y aunque por ahora las peleas se dan fuera del estadio, nadie sabe cuando pueden estallar en la propia segunda bandeja.

La ruptura, latente hace tiempo, se formalizó después de que Richard, alias el Uruguayo, le partiera un diente a Migliore durante un lunch con los jugadores hecho en el club (sí, en el club), previo a la gira por Estados Unidos, que fue además uno de los factores que llevaron al arquero por un tiempo lejos de Casa Amarilla. El Uruguayo ya venía tambaleando porque algunos lo sindicaban como quien en las sombras había operado a la gente de Lomas de Zamora para que atacaran al grupo de Mauro Martín el 16/3/08, previo a un partido con Huracán en cancha de Argentinos, para desbancarlo a éste como líder. Ese día, Mauro salió indemne y uno de los hijos de Richard terminó preso.

Tras lo ocurrido con Migliore, la situación quedó al límite. Y explotó después de la goleada frente al Lobo Jujeño. Martín, que reúne unos 150 seguidores, le dijo al Uruguayo que tenía que limpiar a los "rastreros" de su grupo de 30 hombres y ponerse bajo su órbita. No hubo acuerdo y pasaron a los hechos. Con la victoria, Martín decidió que no habría ni una entrada para Richard y los suyos para la final de la Recopa. Y sabiendo que éste iría por el desquite, juntó más de 200 hombres que salieron desde el club Leopardi. El enfrentamiento se dio en Cordero y las vías, detrás del estadio de Independiente, donde extrañamente la Policía que había acompañado a La Doce en su trayecto desde el viejo puente Pueyrredón, brilló por su ausencia. La diferencia de número hizo que la pelea durara poco. Y quienes estuvieron en la cancha y vieron movimientos raros en el entretiempo, ahora lo saben: le dieron a uno del grupo de Richard que había logrado entrar. Lo más extraño es que cerca de Mauro además de otros referentes de la barra como Paquinco, estaba la gente de Lomas, la misma que quiso desbancarlo tiempo atrás y que ahora se habría sumado a sus huestes. Así, el caldo está más espeso que nunca. Y nadie parece preocupado por detenerlo.

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