miércoles, 13 de agosto de 2008

Un Arsenal...

Boca se puso el chip copero, le pasó el trapo con un primer tiempo de lujo y un golpe casi de KO al final. Y sacó una gran diferencia en la ida de la Recopa.



Se puso el chip. Si el partido es internacional, si lo que se juega es pesado porque puede marcar un rumbo, si hay una copa en juego, entonces vuelven esas viejas virtudes de noches de copa. Y entonces Arsenal, ese mismo con tradición de equipo bicho, compacto, a priori embromado, con menos presión, la ve pasar. A la pelota y por ahora a la Recopa. Se dice por ahora porque esto es fútbol y hay una revancha, pero cuesta creer que a este Boca que fue una máquina en el primer tiempo se le pueda escapar en la Bombonera. Si hubo un arsenal de diferencia en los 90, a nivel individual y también colectivo, ¿se puede torcer esta historia?

Tanto que calentaron Mohamed y Simeone la primera fecha, ¿es suerte meter un gol en el final? A la suerte hay que ayudarla y Boca la buscó siempre, sin apuros, como si no le pesaran estas finales que a veces se valoran más a resultado puesto que cuando se juegan y que pueden tener consecuencias si hay un paso en falso... Desde el vamos le tiró la camiseta, la historia y el fútbol. No es que Arsenal salió a jugar cerca de su arco para salir de contra: lo arrinconaron. Así como el miércoles pasado lo hubieran definido como un loco al que dijera que Gracián sería titular, lo mismo hubiese pasado con el que imaginara un nivel así; encima con Riquelme durmiendo en China y esperado para la revancha.

Por un gol arriba, de visitante, era buen resultado para Boca, claro, por eso después de tanto desgaste Ischia plantó un doble 5 con Battaglia-Vargas, como para cuidar la ventaja. El tercero en el final, casi golpe de nocaut para Arsenal, llegó tarde porque esa misma diferencia, y más también, tuvo que haber sacado en el primer tiempo. ¿Qué se vio? Un equipo que metió dos goles, generó otras cinco situaciones de gol y más penales no cobrados. Y lo más significativo es que no fue a los ponchazos sino con fútbol del mejor. Se paró en mitad de cancha, tocó corto y largo y fue ancho y profundo por las puntas para lastimar. Con Palacio encendidísimo, flotando a piacere por izquierda y derecha en su vuelta y aprovechándose de un 3 novato (¿no era mejor arrancar con Espíndola?). Y Dátolo haciendo el ida y vuelta por izquierda y más, hasta eje, tan revelación que ya pide Selección. Boca fue paciente: quedó demostrado en el 2-1, cuando Battaglia recibió de frente al arco y en vez de pegarle abrió a la izquierda. Y fue veloz, preciso como en las mejores noches. Y tan superior que el 3-1 casi llega al toque (a los 42' del PT) ¡cuando jugaba con diez porque Vargas estaba afuera!

Cuesta encontrar algún partido de Arsenal de Copa, como local, tan superado. Si apenas preocupó al empatar, cuando Boca era tan suficiente que cometió un doble error y con otro tiro de Sava en el ST. No, si cuando Boca se pone el chip, difícil con qué darle. Hubo dos de diferencia pero ganó por goleada. Una Regoleada.

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