miércoles, 13 de agosto de 2008

¡Menos mal que no hizo pretemporada!

¿Lesionado? ¿Inactivo? Palacio volvió a jugar, a desbordar, a meterla y a romperla como si nada le hubiera pasado. Gran figura, salió con dolor y no viaja a España.

Rodrigo fue una pesadilla para la defensa del Arse y puso el 2-1 con un anticipo de goleador tras centro de Dátolo.
Rodrigo no iba a jugar este partido. No iba a ser la figura. Tampoco iba a salir ovacionado. Hace poco más de un mes, Rodrigo estaba fuera de Boca. Iba a ser el primer jugador vendido.Por eso anoche, podría decirse, volvió a jugar después de esa transferencia que nunca fue tal. Volvió, sí. Y cómo...

Rodrigo sí iba a jugar este partido. Iba a hacerlo, pero no de la forma que lo hizo. Iba a hacerlo porque su presencia estaba confirmada desde hace días. Pero lo que pocos esperaban era que esa molesta pubialgia que no lo dejó hacer la pretemporada y que lo tuvo entre dolores y no dolores durante todo este tiempo sí lo dejara volar, jugar, gambetear, encarar, dejarla chiquita así. Volvió después de la lesión, Rodrigo, sí. Y cómo...

En definitiva, Palacio jugó ayer como si nada de nada hubiera pasado en este largo receso. Jugó como venía jugando antes. Como si hubiera trabajado duro en Estados Unidos. Como si estuviera en ritmo. Acaso la lesión le pasó factura recién a los 20 minutos del segundo, al fin y al cabo algo de lógica para un regreso fuera de lo común. Ahí sí picó menos y empezó a sentir algo de dolor que, ante la pregunta de Ischia a 16 del final, tuvieron rápida respuesta: "Sí, sacame".

Pero antes, sobre todo en el primer tiempo, la de Rodrigo fue una actuación descomunal. Por los atenuantes, por la actitud, por el desequilibrio, por la velocidad, por todo. Fue una pesadilla desde el inicio para la defensa rival y sobre todo para Damián Pérez, el pibe del Arse al que en su segundo partido en Primera le tocó en suerte marcar a un Palacio inspirado, prácticamente entero.

Rodrigo eligió ese costado, el izquierdo de la defensa de Arsenal, para sacarle el jugo a su categoría. Habitualmente flota por todo el frente de ataque, desgasta por un lado y por el otro, pero rápidamente se encontró cómodo por ese sector. Y punzante. Y peligroso. Por ahí desbordó tres veces en el primer cuarto de hora. Por ahí llegó y falló una situación clara de gol: remate cruzado que se fue cerca del palo de Cuenca. Por ahí, sin embargo, no llegó el 2 a 1 con su sello: fue un anticipo de goleador sobre el otro lado, tras un centro bajo de Dátolo que él logró desviar con esfuerzo a la red.

De todos modos, así empezó a coronar una actuación que tuvo participaciones decisivas: desbordes varios, un gol, un mano a mano perdido (se demoró al definir y le tapó Campestrini), dos jugadores amonestados por faltas sobre él (Casteglione y Pérez), tres penales recibidos y ninguno cobrado... Y otra vez figura, como en la última Recopa que ganó Boca ante San Pablo.

"Estoy muy contento por el triunfo y porque me sentí bien. Aunque en el segundo tiempo me cansé y me empezó a doler la lesión. Por eso salí. ¿Si voy a viajar a Barcelona? No, me quedó acá a recuperarme", contó, justo cuando parece que el Barsa vuelve a poner los ojos sobre él.

Volvió, sí. Y cómo...

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