lunes, 18 de agosto de 2008

La imagen es todo....

El Xeneize perdió la Gamper en el final, pero se ganó el respeto general como rival. Los medios locales resaltaron su nivel y el plantel, aún con bronca, volvió conforme.

VIATRI ACABA DE METER EL GOL Y LO FESTEJA CON NOIR. LA PRENSA LOCAL DESTACÓ JUSTAMENTE A ESOS DOS JUVENILES DEL CLUB.
Sí, era un amistoso. No había títulos en juego, ni una clasificación ni sencillos puntos. Pero para Boca tenía una importancia especial. Sobre todo después de haber perdido a fines del año pasado la final del Mundial de Clubes contra un Milan que se había mostrado claramente superior, el grupo quería medir si aquélla había sido una mala noche o si realmente las enormes diferencias económicas entre europeos y sudamericanos se reflejaban en la cancha con esa contundencia. Y si bien no se puede hablar de desquite porque eran distintos el rival y las circunstancias, sí puede decirse que el plantel volvió muy tranquilo. "Por supuesto que a nadie le gusta perder, pero quedamos conformes con lo que mostramos", decía Morel Rodríguez. "Los chicos tuvieron la misma actitud que los grandes y ellos se sorprendieron porque no están acostumbrados a rivales que se les planten en el Camp Nou a jugar así", remarcaba Gracián.

Pero más allá de las impresiones personales que se llevaron los jugadores desde adentro, bastaba con ver las repercusiones en los medios españoles. Marca rescató que Boca "es un rival de los mayores" y opinó que el Barcelona no pasó la prueba: "La temporada no empezó contra el Wisla (el rival polaco de la previa de Champions al que le ganaron 4-0 la ida) sino ante un equipo hecho y derecho como este Boca, que puso en evidencia las fallas defensivas del Barsa y que le demandaba una respuesta adulta: no la hubo". El diario Sport también fue elogioso con el plantel de Ischia: "Boca causó una buena impresión. A pesar de algunas bajas, en especial Riquelme y Palacio, se mostró como un equipo combativo, con ambición ofensiva y buenos detalles, en hombres como el veterano Palermo o el joven Noir, del que en Argentina hablan maravillas". Y precisamente el Loco era uno de los más orgullosos por lo que habían hecho los pibes: "Nos vamos contentos porque demostraron que, cuando alguno de nosotros no esté, ellos vienen con las mismas ganas de dejar bien parado el nombre".

El nombre, la marca registrada, la imagen. No, no se puede decir que se hayan sacado la espina porque todavía les duelen esos cinco minutos fatales en los que los catalanes dieron vuelta una historia que parecía construida con sonrisas. Pero sí que se sacaron las dudas y que volvieron con la frente alta. ¿Boca enfrentó a uno de los grandes del mundo? Barcelona también.

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