lunes, 18 de agosto de 2008

Palermito...

¿Quién es ese pibe que le hizo el golazo al Barcelona? Conocé al delantero de Boca más parecido a Palermo, que cuenta su historia en el club y que está al pie del cañón. Y que dice que, sí, ¡tiene como ídolo a Martín!




"Todos hablan de Noir, pero no se olviden de Viatri".

La frase, dicha al pasar la última semana por un jugador de Boca, fue como una profecía cumplida. Lucas Viatri pisó el Camp Nou y dejó su huella. Una tijera que dio en el travesaño, un golazo definiendo de primera y la sensación de que si Noir pinta como el sucesor de Palacio, entonces Viatri se posiciona como el reemplazante de Palermo. Conocé al pibe que tiene de ídolo a Martín, que ama pescar y que, de tan familiero, vive con su mujer y su hijo en la casa de sus padres.
"No caminaba y ya iba atrás de la pelota", cuenta Mabel, su mamá, para definir la pasión de su hijo por el fútbol. Y regala una anécdota: "Una vez le había ido mal en la escuela y como castigo no lo dejé ir a jugar con sus amigos. Pero él anudó unas sábanas y se me escapó por el balcón". Su contextura física (mide 1,86 metros) siempre fue imponente. A los cuatro años, cuando iba al jardín, ya le llevaba unos 15 centímetros al resto de los nenes. "Siempre fue grandote. Pero nunca se le dio por el básquet u otro deporte. A esa edad ya jugaba en el mismo club que su hermano mayor, Sebastián", agrega su madre.

El club de baby era Unión Cultural de Loma Hermosa. Y por su físico, a Lucas lo hacían jugar dos categorías mayores que la suya. De ahí pasó a Argentinos, de la mano de su descubridor, Ramón Maddoni. Pero duró poco. Maddoni recibió un ofrecimiento para ir a Boca y una tarde le dijo a Raúl, el papá de Viatri: "Si me voy a Boca, me llevo a tu hijo". Dicho y hecho. Lucas tenía diez años y cumplía el sueño de jugar en el club del que era hincha.

En todas las Inferiores fue delantero. Salvo un pequeño impasse que había tenido en Infantiles.

"Estaba en una mala racha, no la podía meter y me mandaron de 2. Duré un par de partidos. Mi puesto siempre fue arriba", recuerda él. Entre Novena y Octava hubo un lapso en el que no fue titular. Y eso lo bajoneó al punto de querer largar todo. "Fue una calentura del momento. En realidad, él siempre se fijó como objetivo llegar a Primera y como yo sé lo testarudo que es, sabía que lo iba a lograr", dice Mabel.

En las Inferiores empezó a destacarse por sus goles de cabeza. "Mi fuerte", asegura. Pero también por su habilidad. A tal punto que varios compañeros lo bautizaron "Patrick" por Kluivert, aquel delantero holandés. Ya en ese entonces, admiraba al Loco. "Mis ídolo era Palermo. Martín es un monstruo. Cuando en el torneo pasado hice el gol contra Vélez, él vino al vestuario y me felicitó. No lo podía creer", admite.

A principios del 2007 se fue a préstamo por seis meses al Emelec de Ecuador. Y a su vuelta, otra vez fue cedido un semestre pero al Maracaibo de Venezuela. "Me sirvió para tener continuidad y también para crecer como persona, viviendo lejos de mi familia", cuenta. A Ecuador no pudo viajar con María Luz, su mujer, ni con Lautaro, su hijo que en septiembre cumplirá tres años. Sí se fue con ellos a la tierra de Chávez.

Este año arrancó en Reserva. Con Ischia tuvo su chance ante Vélez y no la desaprovechó. Entró y metió el cabezazo del empate. Justo unas semanas antes había salido de la cárcel. Sí, acusado de robo, estuvo un mes en la celda de una comisaría. Una vez comprobada su inocencia, salió dispuesto a ganarse un lugar en la Primera de Boca. Hoy, ante la ida de Boselli, quedó posicionado como el 9 suplente de Palermo. Alto, buen cabeceador y con mucha fe. El camino no es fácil pero él parece estar armado de paciencia para esperar su chance. "Hace 11 años que estoy en Boca. Si tengo que esperar dos años, lo voy a hacer", le comenta a Olé desde su casa, después de haber salido a pasear con su familia. "Con Martín pegué buena onda. A los pibes nos ayuda mucho. El juega siempre, así que haber entrado contra el Barsa y hacer un gol, me sirve para demostrar que puedo jugar cuando él no está".

Palabra de Palermito.

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