sábado, 2 de agosto de 2008

A toda velocidad...

Rodrigo Palacio trabajó ayer en definición como uno más y va dejando atrás la pubialgia. ¿Llegará al inicio del torneo y a la primera final de la Recopa? Hay optimismo...


Rodrigo corre al lado de su doble, Noir, que lo admira.

Encara. Y le pega. Y la mete. Engancha. Y también define. Intenta por los costados y da ese clásico giro, bien suyo, para sacarse al defensor de encima. Se anima al roce. Se banca las cargadas de sus compañeros que festejan cada vez que le quitan la pelota. Orgulloso, va y redobla la apuesta, la pelea más. No muestra miedo, sólo precaución. Sí, la Joya todavía no estará joya, pero está...

Ayer Rodrigo Palacio empezó a soltar sus alas. Por primera vez, se metió de lleno en los trabajos de definición con sus compañeros. Fue uno más después de mucho tiempo, de una pretemporada que él mismo definió como atípica. "Es la primera vez que me pasa de viajar y no poder trabajar", dijo. La pubialgia, esa lesión que el mundo de la medicina deportiva define como difícil y traicionera, está quedando atrás. Y él, el hombre de la trencita, el jugador que todos quieren ver bien, parece encaminar su recuperación para darle una sorpresa al hincha: poder estar en el debut del torneo. Y en la primera final de la Recopa...

Dice, igual, Rodrigo, que intenta no estar ansioso. "Estoy cada vez mejor. Yo tengo bien claro que hasta que no esté del todo bien no voy a arriesgarme a jugar, porque puede ser peor si me llegara a resentir", explicó ayer en SportCenter, por ESPN. Y hasta el propio Ischia prefiere la cautela al entusiasmo: "Está demostrando que está bastante mejor. Ya trabajó con nosotros en definición, en remates. La idea, como en todos los casos, es no apurarlo. Si se tiene que perder los primeros dos partidos, el 10 y el 13, se los perderá. Porque vamos a apostar a su recuperación total. Por eso, si está para la primera fecha, bienvenido sea", dijo el DT.

Por lo pronto, en estas horas más dulces, Rodrigo parece ratificar su ánimo, que nunca claudicó a pesar de que lo vivido en el último mes podrían haberlo llevado, naturalmente, al desgano. Hoy, además de andar a toda velocidad en su recuperación, ya no tiene que soportar las cargadas de sus compañeros que cuando lo veían correr aparte le recordaban ese "a ver cuándo terminás tus vacaciones, Palacio". Siempre respondió a todo con la mejor actitud. Y eso tuvo su aporte. "Sin dudas es fundamental la buena predisposición que tiene para trabajar. En ningún momento se bajoneó, a pesar de que es un tipo de lesión que suele frustrar a los jugadores, porque cuando parece que estás bien, volvés a sentir dolor y tenés que empezar de nuevo", explica José Veiga, médico del plantel.

La pubialgia que ataca a Rodrigo (un fuerte dolor en los abdominales bajos) y que le impidió realizar la pretemporada en Estados Unidos, venía complicando su rendimiento desde la etapa inicial de la Libertadores, aunque el bahiense eligió aguantarse el dolor hasta que, al regreso de las vacaciones, y con semejante desgaste sobre su cuerpo (en el semestre jugó Copa, torneo y Eliminatorias), lo terminó frenando por completo. Por eso, lo único que está planificado ahora es que, en cuanto el calendario permita un hueco, realizarán una preparación física de base para que Palacio recupere ese trabajo que no hizo.

En Boca ya tienen experiencia en este tipo de afecciones musculares. Hace un año y medio, la pubialgia de Battaglia los hizo trabajar horas extras. Y hace algunos meses, el mismo problema afectó a Pablo Ledesma. Esa experiencia les sirvió para afrontar el nuevo tratamiento. De hecho, le contaron al jugador los pasos que se siguieron con sus compañeros y juntos decidieron entonces realizar un trabajo progresivo, sin apuros ni presiones, para no cometer errores. "Todos los casos son diferentes y cada uno responde según su personalidad. Pero en el caso de Rodrigo es muy positivo que él siempre esté bien predispuesto y que nunca se haya dejado vencer por el fastidio, porque sería más complicado", agregan los médicos. En el caso de Ledesma, por ejemplo, el jugador hasta llegó a pensar en largar el fútbol.

De todas maneras, a Rodrigo le falta un cachitín para poder confirmar su presencia el domingo 10. "Todavía tengo que exigirme en algunas cosas para ver cómo respondo al dolor. Por ahora asimilé muy bien los trabajos y no siento nada", dijo ayer. ¿Qué otras pruebas debe superar? Por ejemplo, seguir ensayando con los remates al arco, tirar centros y ver cómo responde su físico cuando le toque jugar en continuado, con ritmo de partidos. Esto recién lo hará la próxima semana (hoy no participará del amistoso ante Tigre) y ahí se tomará una definición, pero todas las partes (él, el técnico y el cuerpo médico) son optimistas. "Lo bueno es que, con la calidad que tiene Rodrigo, no necesita hacer muchas prácticas de fútbol. En cuanto esté bien, puede salir a la cancha", dicen desde el vestuario. La gente lo está esperando.

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