jueves, 18 de septiembre de 2008

Boca 0 - Argentinos 0...

¿Sirve? En el segundo partido de la seguidilla, Boca sacó un punto en La Paternal y perdió la punta, más allá del que tiene pendiente. Riquelme, el único as en cancha, sigue sin ganar: se lo notó muy cansado.

Esa salida tardía, a la cola del equipo, a unos metros del resto, ¿habrá sido el síntoma de un cansancio anunciado? Riquelme, se sabe, es el eje, el patrón, el técnico adentro de la cancha. Claro que más allá de que él e Ischia declaren como principio que le hace bien jugar, que eso lo va retroalimentando y no agotando, hoy se nota que su cuerpo no le puede seguir el ritmo a su cabeza. Román nunca deja de ser líder y abre una discusión futbolera con Vargas en pleno partido, a la distancia. También junta a Battaglia y Dátolo en el entretiempo y se refiere unos minutos a cuestiones tácticas, un monólogo acompañado por gestos con sus brazos. O le pide, insistente, más movilidad a Noir en una cancha a la que, no es sorpresa, es difícil encontrarle la vuelta. Hasta se pone la cinta de capitán, oficializando su protagonismo en el equipo. Está compenetrado, muy metido, pero eso no lo traduce en su mejor fútbol. Y si falta Palermo, si Palacio no está para dos partidos seguidos y el 10 no anda físicamente con la adrenalina necesaria, a Boca se le hace cuesta arriba. Así como Bianchi prefería cuidar energías cuando lo creía necesario, otros técnicos campeones (Basile y Russo) exigían a la máquina y ponían siempre lo mejor, lo reconocían abiertamente. Son fórmulas, diría el hoy técnico de San Lorenzo. Aunque este momento del SúperRiquelme (Juegos, Recopa, Eliminatorias, Apertura, le falta jugar un torneo con sus amigos en Don Torcuato) da para preguntarse y preguntarle a Ischia si a los 30 años y con una seguidilla frenética no necesita un respiro, una pausa, la misma que suele hacer cuando mete sus estiletazos. Ayer sufrió el partido, la casi persecución de Mercier en el primer tiempo, la presión para que no se diera vuelta tranquilo cuando recibía de espaldas al arco (Gorosito planteó un partido para dejarlo jugar menos libre que en la Bombonera en el Clausura, cuando la rompió) y sólo brilló con un pase de magia que Noir (el técnico tardó en sacarlo) desperdició como Chávez con el Rojo, mano a mano.Y poco más armó el 10, sin arranques verticales, sin derechazos (sólo pateó una vez, una masita), sin gambetas. Hasta cuidándose al extremo en el segundo tiempo, guardando energías sin patear los córners. Trató de poner primera, segunda, pero quedó en punto muerto. ¿Si fue un punto muerto para Boca? Pudo perderlo si Hauche la embocaba al final. O si Caranta no tapaba un mano a mano, después de una clase de contragolpe de Argentinos. También pudo ganarlo con Viatri, que seguro habrá tardado en dormirse a la noche con los goles que no hizo. Más allá de que Riquelme y los jugadores miraron el vaso lleno, el del punto sumado en una cancha que complica, no hay que soslayar que aunque tiene un partido menos ya no es líder y que empató otra vez cuando recién se larga la seguidilla.Con sólo un as y encima agotado, no siempre te van a aparecer los pibes. Boca necesita al mejor Riquelme más allá de que con él en cancha haya empatado los únicos tres partidos. Román ya va a volver...


Fotolog del dueño del blog

1 comentario:

Ángel R. dijo...

Buenas,Boca necesita la mejor versión de Riquelme para recuperar la punta de la clasificación,saludos!
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