sábado, 27 de septiembre de 2008

Acá hay Oso encerrado...

Acá hay Oso encerrado...FIFA falló a favor de Boca por Nayar: debe volver salvo que paguen o apelen. Puede estar dos años sin jugar.A tres meses del día en que dejó el club y estalló el conflicto con Boca, Sebastián Nayar tuvo un duro revés: la FIFA no sólo le negó la habilitación para jugar en el Recreativo Huelva, sino que dio por válido el contrato que el club argentino tenía con él. ¿Cómo sigue esto? Hay tres alternativas: 1) que el jugador regrese. 2) que los españoles paguen por su pase. 3) que el Recreativo apele el fallo al TAS, el tribunal arbitral del deporte. 


Por lo pronto, la medida favorece el reclamo de Boca en todas sus formas. "Es la primera vez que la FIFA le niega la habilitación a un jugador sudamericano mayor de 18 años. Y hasta se puede establecer jurisprudencia. La FIFA entiende que la relación que tiene Boca con Nayar es auténtica y que hay un contrato vigente. Esto por las pericias que se hicieron de las firmas", le contó Daniel Crespo, el abogado contratado por Boca, a Olé.

Ahí, en la legitimidad del contrato, estaba el tema. Nayar se fue de Boca al argumentar que el 26/6 se había vencido su vínculo de un año, por lo cual estaba en libertad para irse a otro equipo (el Recreativo). Sin embargo, en el club argentino sostenían que habían acordado con el volante hasta el 2012. Y ante el reclamo hecho en Zurich (los dirigentes Clemente y Zemborain estuvieron ahí), las pericias certificaron que las firmas eran válidas y que así la habilitación del pibe no era procedente.

"Antes, mientras se entablaban los juicios, al jugador se le daba una habilitación provisoria. Esto tampoco pasó. Y el Recreativo no pude hacer ningún tipo de uso porque se expone a fuertes sanciones", explicó Crespo. 

A partir de este fallo que desestimará otras salidas de este tipo, Boca le mandará una carta a Nayar para que se presente. Pero no parece fácil que vuelva. Así, o el Recreativo acepta pagar por él (Boca reclamaba 15 millones de euros) o continúa una lucha que, al no tener el TAS premura en resolver, pinta larga. El jugador podría quedarse dos años sin jugar.

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