domingo, 7 de septiembre de 2008

Hecho un pibe...

Hecho un pibeHugo Ibarra la rompió en la práctica de fútbol: entre tantos chicos, metió un gol, generó otro y ganaron 4-0. Viejitos son los trapos...

El Negro juguetea con la pelota como si tuviera 20, aunque el documento diga 34...

Dicen que hay un momento en que las viejas generaciones deben dejarle su lugar a las nuevas. Claro que eso, en este caso, no tendría ninguna lógica. Porque, a pesar de que el piberío viene pidiendo pista en Primera (y ocupando cada vez más terreno), Hugo Ibarra no afloja. Quizás hasta se esfuerce el doble, aunque no tenga a otro lateral derecho detrás suyo esperando por ocupar su lugar. Por eso, si bien se trataba de un picado de sábado por la mañana, de que faltaba casi la mitad del equipo titular (ver aparte) y de que llovía y hacía mucho frío, el Negro se encargó de marcarles el camino a los pibitos que integran su equipo, que sin él tienen un promedio de edad de 23 años y monedas (y eso que Caranta ya pisó los 30). A pesar de las diferencias generacionales, el lateral metió un golazo, generó otro y festejó el 4-0 como si fuera un purrete. Su espíritu, al menos, así lo siente...

Las ausencias obligaron a Carlos Ischia a realizar algunas modificaciones: en el fondo, Roncaglia (21) compartió la dupla central con Paletta (22), mientras que el Pampa Calvo (27) se paró en el lateral izquierdo. En el medio, Forlin (20) se disfrazó de volante central para compartir campo con Cristian Chávez (22), Dátolo (24) y Gracián (se retiró con un golpe en el tobillo izquierdo). Y adelante, claro, la dupla infantil Viatri-Noir (21). Así, en la hora de fútbol que dispuso el DT, mezclado entre tanta juventud, el formoseño hizo gala de sus condiciones y de su experiencia. Después del 1-0 de Dátolo en el arranque, comenzó el show del Negro y Noir, las dos figuras del picado. Primero, Ibarra robó una pelota en tres cuartos de cancha, desbordó por su costado, encaró al defensor y terminó definiendo de zurda. El tercero arrancó igual: otro quite, otro desborde y otra definición, aunque esta vez se interpuso Josué Ayala. Atento, el rebote fue capturado por Tito, para meter el 3-0. El chico de la trencita cerró el partido con un lujo: metió la diagonal por la izquierda y convirtió de emboquillada. 

Entre los dos hay 13 años de diferencia, pero no se nota. Si el Negro está hecho un pibe de 34...+

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