sábado, 13 de septiembre de 2008

Mirá cómo te ataco...

Mirá cómo te atacoIschia y Borghi se la juegan a partir de su vocación ofensiva. Promesa de partido de arco a arco.

AMBOS MIRAN MÁS EL ARCO RIVAL QUE EL PROPIO. LA PRUEBA: LOS CRUCES EN BOCA-COLO COLO.

Interesa el resultado, sí. Pero no menos interesante es la forma de lograrlo. En eso, Ischia y Borghi se parecen: son de los que piensan más en el arco rival que en el propio. Si a esa manera de ver el fútbol se le suma el compromiso de ser protagonistas por la historia de los clubes en donde trabajan, el de esta tarde pinta como un clásico imperdible. Ahora, ¿quién va a atacar a quién?

Aun conocida, la fórmula de Boca no perdió efectividad. Los nueve puntos sobre nueve son una muestra. A partir de la calidad técnica y táctica de sus jugadores (el punto de partida de cualquier equipo que busca el éxito), Boca es un conjunto que va. Con el vértigo de Dátolo, el andar cansino pero firme de Vargas, la pausa y el toque profundo de Riquelme, el desborde o la diagonal filosa de Palacio y el olfato de Viatri ante la ausencia de Palermo. Eso es este Boca de Ischia, un equipo cuyo secreto está en su actitud ofensiva y en la combinación de orden y aventura. Y que se sostiene en el equilibrio de Battaglia y en una defensa que luce más concentrada que en el semestre pasado.

El desafío no sólo lo tiene Ischia. En la vereda de enfrente, Borghi se juega mucho más que tres puntos. Arriesga su ideología futbolística, defendida con creces desde la palabra pero en deuda en la cancha. El Bichi duda entre Centurión, un volante ofensivo, y Gandín, un punta. "No por poner más delanteros vas a ser más ofensivo", explicó el DT. Cierto. En la última fecha, un Independiente jugado, con cinco hombres en ataque, apenas fabricó dos tiritos al arco de Sessa. El objetivo, para llevarse los tres puntos, será tener la pelota y lastimar al rival. Ya lo dijo el Bichi: este equipo no sabe esperar. Como Boca tampoco, se espera un choque abierto. Claro que para dañar al local, el Rojo necesita mayor caudal de fútbol. Fredes y Centurión (si juega) deberán sacarse la timidez y ayudar más al Rolfi. Como anunció Borghi, si terminan defendiendo, que sea porque Boca lo obligó. Y si muere, que sea con las botas puestas.

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