domingo, 21 de septiembre de 2008

Boca 2 - Tigre 3

El Matador consiguió lo que nadie pudo en un año, seis meses y 17 días. Le ganó al Xeneize en La Boca y sumó tres puntos que lo dejan como escolta de San Lorenzo, el líder. Luna y Morel anotaron antes de los 15. Después, Riquleme y Blanco, en contra, igualaron el trámite, pero antes del final del primer tiempo, otra vez Morel le dio el tercero y definitivo gol a los de Cagna. Battaglia fue expulsado en el conjunto de Ischia.

SALTO. Calvo gana en las alturas durante el partido con Tigre en la Bombonera. (DyN)

Ese abrazo final de los jugadores de Tigre lo decía todo. Un 3-2 en la Bombonera para la historia, para el recuerdo. Con un Martín Morel inspiradísimo, le quebró una racha a Boca de 29 partidos sin perder como local (19 victorias y 10 empates). El equipo de Ischia sumó su tercer partido sin poder ganar en el Apertura y quedó a cinco de San Lorenzo, que controla en soledad el torneo. Ese encuentro con Newell's postergado ahora tomó muchísimo más valor, porque necesitan esos tres puntos sí o sí.

No lo dejó pensar. Presión y más presión. Así salió Tigre, nada más y nada menos, que en la Bombonera. Y la fórmula a Diego Cagna le salió redonda. 
Porque en apenas 12 minutos ya estaba 2-0 arriba. Primero, un centro desde la derecha, mal rechazo, la pelota volvió al área y Carlos Luna definió de zurda con el arco servido, porque Mauricio Caranta había quedado desacomodado. Seis minutos después, otro golpe para Juan Román Riquelme y compañía que estaban desconcertados. Un tiro libre en la puerta del área, y Martín Morel la clavó por afuera de la barrera. Caranta sólo la miró. 

Impensado, sin dudas. Con el alma herida, Boca salió con todo a buscar el descuento. Pero enfrente tenía a un Tigre enchufado. El juvenil Lucas Viatri tuvo la suya de cabeza y falló. La necesidad llevó al local a meter a su rival contra su arco. Sin jugar bien, rápido volvió al partido. Centro de Rodrigo Palacio que Daniel Islar no pudo sacar, Viatri la mandó para adentro y Battaglia nada más tuvo que empujarla en la línea. Renacían las esperanzas de torcer la historia. Y esas esperanzas se hicieron realidad con un tiro de Jesús Dátolo, que en la trayectoria de su disparo dio en la cabeza de Jonathan Blanco y se le metió a Islas. 
En una ráfaga Boca ya estaba de vuelta en la pelea

El partido era de ida y vuelta. Golpe por golpe. Lejos de refugiarse en su campo, otra vez el Matador fue a buscar más. Se animó, como pocos equipos, a jugarle de igual a igual al conjunto de Ischia en la Bombonera. No se daban respiro y armaban un encuentro muy entretenido, con situaciones para los dos. A los 32, el premio para la vocación ofensiva de Tigre. Morel, de nuevo, apareció en todo su esplendor y con un remate abajo, venció a Caranta. No iba a ser todo en el primer tiempo. Porque a los 39,
 Battaglia lo bajó a Rusculleda y el árbitro Rafael Furchi lo expulsó. Con uno menos, el local trató de controlar la pelota y dejar pasar el tiempo para que llegue el entretiempo. 

El segundo tiempo cayó en intensidad. Habían gastado muchas energías en la etapa inicial, y la pelota ya no corría de área a área. Ya sin Battaglia en el 
xeneize, Tigre se apoderaba de la mitad de cancha. Encontraban muchos agujeros en la defensa de Boca. Sin embargo, no conseguían ese gol que podía sentenciar el triunfo. A veces por la buena respuesta de Caranta, y otras por errores propios. A Cagna le surgieron problemas. Luna pidió el cambio y en su lugar ingresó Leandro Lázzaro. Después Rusculleda salió y entró Matías Giménez. 

Cuando promediaba el complemento, con poco el local volvió a poner contra las cuerdas a Tigre. Riquelme se hacía dueño del partido, aunque no con ese brillo que tantas sonrisas le sacó a sus hinchas. Cristian Chávez (entró por Calvo) le aportó una variante por la derecha, algo que le faltaba por la ausencia de Hugo Ibarra. A esa altura también extrañaban a Julio Cáceres, un patrón en la defensa, y a Martín Palermo, su goleador. Ese hombre de más que tenía el Matador por momentos no se notaba. Boca tenía la pelota y las oportunidades de gol. En tanto, el equipo de Cagna defendía con uñas y dientes esa victoria. Ni apostaba al contragolpe, porque ya las piernas nos respondían. Los últimos minutos fueron no apto para cardíacos. Boca se lo llevó puesto. Atacó y atacó. Pero nada. Ese gol para por lo menos rescatar un punto nunca llegó. 

Tigre se llevó un 3-2 histórico y da pelea en el Apertura. 
Fue la segunda vez que le ganó a Boca en la Bombonera en el profesionalismo. Hay que remontarse a 1949 para encontrar la otra victoria (2-1). Otra frustración, otro golpe duro para las ilusiones del equipo de Ischia. Ahora, lo ve desde lejos a San Lorenzo, único puntero, y la preocupación crece. En cambio, por Tigre es todo felicidad. Cagna mostró, una vez más, toda su categoría como técnico. El Matador lucha y se ilusiona.

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