sábado, 27 de septiembre de 2008

"Alcanzar a Palermo es más difícil que correr para atrás en ojotas"

"Alcanzar a Palermo es más difícil que correr para atrás en ojotas"Quiere ser el goleador del torneo, hacerle uno a River y jugar en la Selección. Eso sí: aclara que al Loco lo tiene lejos. Faltan 190.

Será que se trata de su primera vez como héroe, que todavía anda en el aire, que dos goles y una asistencia en sólo 90 minutos es demasiado para cualquiera, que el día después de Lucas Viatri sigue a pura sonrisa y alegría. No hay resfrío que le impida sonreír y soñar con los pies sobre la tierra. Porque, si bien por estas horas experimenta eso que el gigante Martín Palermo vivió cientos de veces, no quiere asomar la nariz a las comparaciones. Por ahora, hasta que vuelvan las críticas, disfruta. Y cuenta...

-¿Qué hace tu hijo Lautaro cuando te ve por la televisión?

-Dice "papá, papá". O cuando escucha que dicen Viatri, lo repite porque le llama la atención. El 8 de septiembre, hace pocos días, cumplió tres años.

-Dijiste que casi ni gritaste los goles de lo cansado que estabas. Pero igual los festejaste de una forma especial.

-Sí, estaba ahogadísimo. El primero hice el Topo Gigio por Román. Y el segundo, empecé a caminar así porque fue lo que me salió en ese momento. Tenía una bronca bárbara porque no podíamos empatar ese partido con Newell's.

-En el PT casi no podías girar y en el ST tuviste más espacios. ¿Fue así?

-Sí, en el PT estaba como ahogado porque ayer y anteayer estuve resfriado y respiraba por la boca. Aparte, tenía las piernas cansadas y a cada rato iba a tomar algo. En el entretiempo me puse algo para que se me destapara la nariz y por eso ya respiraba un poco mejor.

-¿Sentiste alivio cuando metiste el primer gol?

-Sí, la verdad que me sentí liberado. La gente quiere que el 9 de Boca haga goles, goles, goles... Y nada, yo recién estoy empezando. Yo voy, corro, meto, trato de cabecear, peleo con los centrales, a veces me quedan pelotas sucias. El cabezazo del gol fue difícil porque el sol me tapó la pelota. Me dije: "salto y tiro el cabezazo". La pelota venía con efecto, con comba y con mi cabezazo agarró más fuerza y el arquero no la pudo sacar.

-¿Cómo trabajó tu cabeza en la semana?

-Lo que pasa es que la gente está acostumbrada a Palermo, que no pasan dos partidos y ya hace un gol. Pero yo estaba tranquilo porque sentí el respaldo de los dirigentes, del técnico, de mis compañeros. Me decían que no me volviera loco. Yo sabía que si tenía una, la iba a meter.

-¿Creías que ibas a convertir?

-Sí, sí. Hice uno y pensé que era para ganar. Cuando se pusieron 2-2 medio que se nos cayó la persiana. Pero ahí el equipo sacó el alma de bostero de adentro y a correr y meter porque había que ganar.

-¿Cómo es la relación con Riquelme?

-Román es un chabón raro, es raro. Todos lo ven como que está todo el día serio, pero conmigo se portó muy bien. Me habla afuera de la cancha, me acomoda adentro, me ordena. Eso me hace bien a mí porque recién estoy empezando. Me decía: 'Vamos Flaco, que ya va a venir el gol'. Eso te hace bien.

-Más allá del aliento, ¿qué más te dijo?

-Yo en todo momento trato de acercarme a él. Yo recién subo a Primera y que él me hable, digo "uh, un sueño cumplido". Trato de acercarme, de hablar. Yo veo que él está confiando más en mí.

-¿Y con Palermo?

-Muy buena. Compartimos la pretemporada. Es una persona bárbara, no sólo conmigo sino con todos los muchachos del plantel.

-¿Hablaste con él después de este partido?

-No, todavía no. El no tiene mi celular y yo tampoco el de él. No se lo quiero pedir para no molestarlo, ja. Porque si no, me va a decir "¿Qué querés, nene?" Ja, ja... No, la verdad es que Martín es un monstruo.

-¿Alguno de los dos goles es para Palermo?

-Y, el primero, el de cabeza. A lo Palermo, ja.

-Con Gaitán parecen entenderse de memoria...

-Sí, pero casi ni jugamos partidos juntos. Más que nada, en entrenamientos. Lo conozco desde hace diez años, uno sabe lo que es Nico con la pelota. Entró para cambiar el partido y lo cambió.

-Y vos le metiste un pase a lo Riquelme...

-Naaa. Soy humilde. Nunca te voy a decir que metí un pase a lo Riquelme, ni en pedo, ja.

-¿Sentís que nunca como ahora tuvieron lugar en Primera los pibes de las Inferiores del club?

-Sí, lo que tiene que entender la gente que habla mal de nosotros, que dice que hay que traer un 9 porque Viatri no hace goles, lo que tiene que saber es que tenemos pocos partidos en Primera. No es lo mismo que Riquelme juegue mal o que juguemos mal nosotros. Nos van a liquidar a nosotros, de Román no van a decir nada. Yo soy objetivo, además: sé que con Tigre no jugué bien.

-¿Los rivales te hacen sentir que sos un pibe?

-Me lo quieren hacer sentir, pero yo también les hago sentir que soy bastante duro. Yo enfrenté a cada uno... Jugué en Ecuador, donde tenés morenos de dos metros que te marcan... Así que estoy un poco curado de espanto.

-En momentos así, ¿te acordás de las malas?

-Sí, mis amigos me hacen acordar. Cuando estás en una mala, te preguntás "por qué me pasa esto y no algo bueno". Y eso me da fuerzas para pelear.

-¿Lo peor fue cuando estuviste preso?

-Eso sí, pero en lo personal. Yo también hablo de lo futbolístico. Cuando me fui a Emelec, por ejemplo. Me iba de Boca un poco triste porque yo estuve toda la vida en el club. Y allá estuve solo seis meses. Eso me hizo madurar mucho, me ayudó para agarrar experiencia, pero no es muy lindo irte.

-Dicen que viene Figueroa, ¿qué se siente?

-Se siente un poco de dolor... por los golpes del partido, je... No, hablando en serio, yo estoy tranquilo, creo que respondí.

-¿Sentís que no te tienen confianza?

-No. Si no me tuvieran confianza, no me hubiesen puesto a mí y hubiesen traído a otro antes. Que traigan a quien quieran, yo le peleo el puesto.

-Llevás tres goles en el torneo. ¿Se te cruza querer ser el goleador del campeonato?

-Sí, se me cruza por la cabeza. En estos últimos días, no te miento, se me cruzó, pensaba en eso. Decía "Gaitán se me está alejando", ja. Porque cada vez que entra, la mete. Me gustaría ser goleador del campeonato para que cuando tenga que ir a buscar trabajo, pueda meter eso en mi currículum, ja.

-¿Qué te dijeron tus viejos tras el partido?

-Mi viejo estaba reloco. Es fana de Boca, y mi hermano también. Toda mi familia menos mi mamá, que es de River.

-Hablando de River, falta menos y puede ser tu primer superclásico oficial. ¿Te lo imaginás?

-Imagino un partido jodido. De chico ya lo vivimos como un partido que hay que ganar, apretar los dientes y trabar con la cabeza. Debe ser lo mismo, con un poco más de presión.

-¿Te ves muchos años en Boca o en Europa?

-Acá voy a jugar hasta que haga goles. Cuando deje de hacer goles, me voy...

-Sabés que estás a 190 goles de Palermo, no?

-Ja, ja... Sí, lo sé. Está un poquito lejos, ¿no? Martín es un monstruo. Alcanzar a Palermo debe ser más difícil que correr para atrás en ojotas, ja ja.

-¿Soñás con la Selección, donde justo falta un 9?

-Seguro. Siempre tengo la ilusión. Uno trata de hacer las cosas bien para que lo puedan llamar algún día.

-Una opinión sobre Noir. Metió un pique impresionante en el primer gol.

-Sí, terrible. ¿Vos viste dónde venía yo? ¡Por la mitad de la cancha!

-¿Pero a vos te sorprende su velocidad o ya lo ves como algo normal?

-Tiene demasiada velocidad, a veces ya se pasa. A Tito lo conozco desde hace dos años. Ya se veía que iba a andar bien en Primera. Es un monstruo.

-¿Cambiarías un gol a River por ser el goleador del torneo?

-Sí, claro. Que salga goleador otro, no sé... Gaitán, que cada vez que entra, la metea. Un gol a River debe ser lo máximo.

-Y tu viejo se muere...

-Uh, sí, salgo de la cancha y lo encuentro tapado con diarios, ja ja.

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