sábado, 13 de septiembre de 2008

¿De qué planeta viniste?

¿De qué planeta viniste?Olé recorrió Caminito con el nuevo 9 de Boca. "¿De qué lugar del mundo nos visita?", lo creyeron un turista. Ya te van a conocer, Lucas.

Algunos, más futboleros, lo tienen y quieren fotos. “Yo era de pedir”, admite.

Buen día, ¿de qué lugar del mundo nos visita?".

La amabilidad de una morocha, vestida de tanguera, lo sorprende. Ahí, en pleno Caminito, justo en el corazón de La Boca, el hoy 9 titular del equipo de Ischia camina tranquilo, como si fuera un turista más. "No me conocen mucho", acepta en la recorrida que le propone Olé. El reemplazante de Palermo, que por contextura física no es de pasar inadvertido, se lo toma con naturalidad. Y sí desnuda su timidez cuando lo reconocen. Cuando el dueño de un restorán, por ejemplo, le dice: "¡Vos sos jugador de Boca! Vení a comer acá cuando quieras". Con ustedes, Lucas Viatri.

El destino le jugó a favor con una serie de hechos que precipitaron su llegada a la titularidad (Martín sufrió una grave lesión, Boselli justo se fue del club, la dirigencia decidió apostar por los pibes) y, de a poco, el flaco de 21 años de Loma Hermosa está empezando a conocer la fama. "Ahora firmo autógrafos, los hinchas quieren sacarse fotos conmigo, recibo invitaciones para ir para acá o para allá...", enumera Lucas, aunque aclara: "Igual, lo mío es jugar al fútbol y no quiero distraerme de eso, no me interesa todo lo que viene, la fama...".

En Caminito, muy pocos advierten quién es ese flaco de campera blanca con la famosa pipa en la espalda. Claro, ahora la firma deportiva le provee ropa. Pero él avisa: "Igual, antes de llegar a Primera, me vestía con esta marca porque me gustaba". En la recorrida, aparecen los volanteros que se acercan para invitarlo a almorzar. Algunos dudan y preguntan quién es cuando ven al fotógrafo que tira y tira. Otros directamente ni se dan cuenta. Y hay unos pocos que sí lo identifican. "Uh, Viatri, ¡qué grande! ¿Nos podemos sacar una foto con vos?", le dicen y él posa con total amabilidad. Al rato, una pareja baila el tango en la vereda y los que están sentados en las mesas que están afuera siguen contemplando el baile sin preocuparse por los flashazos que pegan en la humanidad de Lucas.

De pronto, aparece un pibe que lo conoce. Bueno, parece... "¿Qué hacés? ¿Seguís en la pensión? ¿Dónde estás jugando?", le dice. Ejem... "Por un lado está bueno que no te conozcan porque seguís haciendo tu vida normal. Pero no es algo que me preocupe. Uno se siente bien cuando viene un nene y le firmás un autógrafo. Yo cuando era chico era de pedir. 

Estando en el club Parque o mismo en las Inferiores de Boca. Es más: una vez, siendo alcanzapelotas, me saqué una foto antes de un partido con Palermo, que era mi ídolo. Aunque no lo creas, la perdí. No sé dónde puede estar esa foto", recuerda el pibe que sí vivió un poco más la fama cuando jugaba en Emelec. "Allá en Ecuador, salía a la calle y la gente me conocía un poco más. Pero siempre muy respetuosa, quizá se te acercan menos que acá", remarca.

A la hora de definirse, Viatri no se considera muy "salidor". "De vez en cuando salimos con mi mujer y con mi hijo Lautaro, que el lunes cumplió tres años. Pero a veces prefiero que vengan mis amigos o familiares a casa", cuenta. Eso sí, hace poco, después de un partido en el que jugó por Palermo, salió a cenar con su mujer y, a la vuelta, tuvo su anécdota top. "Iba en el auto para mi casa y, en una avenida, había otro auto parado y un tipo pidiendo ayuda. Así que frené y me preguntó si le daba una mano para empujar el auto hasta una estación de servicio que estaba ahí nomás. Me bajé y lo ayudé a empujarlo. Cuando subimos a la estación, algunos que estaban cargando nafta me conocieron. 'Ey, vos sos Viatri, el 9 de Boca'. El dueño del auto me miró y me dijo: '¿qué? ¿Vos sos futbolista?'. Y yo me reía", dice como si nada.

Pero hay una respuesta suya, ante la pregunta que se caía de maduro, que quizá sirva para definirlo de la mejor manera.

-Por la inseguridad que hay, ¿no tuviste miedo de bajar de tu auto?

-No, para nada. Aparte, ¿por qué no lo iba a ayudar? Si yo puedo dar una mano, ¿qué importa si soy el 9 de Boca o no? Yo no voy a cambiar...

No hay comentarios: