domingo, 8 de junio de 2008

A Seguir Luchando-.-..

Boca, luego de la eliminación copera, tiene que ganar contra Lanús y esperar buenos resultados en los partidos de River y Estudiantes para continuar con chances de pelear por el título. Están a cuatro puntos y mantienen las esperanzas. Ischia pone lo mejor que tiene. Sólo faltan Cáceres y Vargas, quienes viajaron con sus selecciones.

No es que Boca sea masoquista. Pero, a veces, como en estas circunstancias particulares que el equipo de Carlos Ischia vive en el torneo Clausura, revolver el cuchillo en la herida por ahí sirve. Revivir la pesadilla una y otra vez es una manera de mantener viva la ilusión. De apelar al si a nosotros nos pasó, por qué no a ellos. Y a esa mínima esperanza se abraza Boca con todas sus fuerzas.

Por experiencia propia en La Boca saben que los campeonatos no tienen dueño hasta que la matemática descarta a todos los candidatos. Y de muestra, reciente, citan aquel torneo insólito que Boca perdió con Estudiantes en el Apertura 06 y que, a dos fechas del final, tenía al líder de Ricardo La Volpe y el perseguidor de Diego Simeone separado por cuatro puntos. Los mismos que hoy distancian a Boca de River. Apenas una coincidencia. Porque hoy la historia es bien diferente. Tanto que, en el medio, hasta hay otro equipo, justo Estudiantes, con ganas de arremeter de nuevo. Por eso, claro, el propio Martín Palermo sueña con los ojos abiertos: "Quitarle el campeonato a River no depende de nosotros. No tenemos que jugar contra ellos. Estamos a cuatro puntos sobre seis y si River gana se acabaron nuestra chances. Pero nuestra obligación es ganar los dos partidos que nos quedan". Ganar y rezar. O, por orden cronológico, rezar y ganar. Porque, en rigor, como River juega dos horas antes, cuando los jugadores de Boca salgan a la cancha para jugar con Lanús ya sabrán si todavía hay margen para milagros. Si River le gana a Olimpo, en el Monumental, las chances de Boca se extinguirán automáticamente. Si hay empate o derrota del local en Núñez, en cambio...

Tan en serio se toma Boca su oportunidad de dar un susto sobre el final que, a pesar de la eliminación de la Copa Libertadores ante Fluminense, ningún titular puso excusas para adelantar las vacaciones. En el Sur estarán todos los que pueden estar: Riquelme, Palermo, Palacio y Cía. Sólo faltará Julio César Cáceres, quien viajó para sumarse a su selección, tal como había convenido Carlos Ischia con Gerardo Martino. En el arco otra vez estará Pablo Migliore.

Más allá de ganar para meter presión y aspirar al milagro (algo que subyace en la mente de cada jugador al margen de que la realidad se muestre cruda y difícil), la idea del plantel también es cerrar el torneo con dos triunfos. Y así redondear un semestre que, a la hora de las cuentas, y pese a haberse quedado afuera en la semi de la Copa, tiene varios puntos para sumar entre las buenas.
Dos triunfos en el adiós al torneo, uno esta tarde con Lanús y otro en la Bombonera en el cierre ante Tigre, sería un digno moño a una campaña a la que, detalle no menor, sólo le faltó una vuelta olímpica. Por eso Ischia, también sin soltar palomas por demás, agrega: "Tenemos la obligación profesional de ganar estos últimos dos partidos para cerrar el torneo de la mejor forma posible. Si se puede, y se dan otros resultados, intentaremos dar una sorpresa. Así y todo estamos a cuatro puntos, habiendo empatado a principios de campeonato partidos increíbles. Hoy esos puntos nos duelen más todavía. Pero es fútbol. Puede pasar de todo...".

A Boca le queda un hilo de esperanza. Hoy, con los resultados puestos, se sabrá si los sueños siguen en pie. Boca, por lo pronto, sabe que tiene que rezar y ganar. En ese orden.

No hay comentarios: