jueves, 19 de junio de 2008

Castromal...

Lucas Castromán llegó como un gran refuerzo pero jugó poco, no rindió y se lesionó mucho. Ya le dijeron que se busque otro club.
FERNANDO PÈREZ | faph_94@hotmail.com


''Déjenme cerrar este semestre y cuando arranque el otro, hablamos...".


Cerrar un capítulo y empezar otro. Lucas Castromán soñó siempre con ponerse la camiseta de Boca de verdad, para que no quedara solamente en el recuerdo de su niñez, cuando iba a entrenarse en el club César Luis Menotti de Luján con esos colores. Nada le salió, sin embargo, en estos seis meses. Apenas pudo jugar cinco partidos (tres de titular) y no rindió ni una parte de lo que se esperaba. Y en consecuencia, por lo que exige Boca, para el próximo semestre deberá buscarse un nuevo club.

Aunque venía de un semestre muy malo en el América de México, llegó en enero a pedido de Ischia y de la mano del intermediario Mauro Bianchi (hijo de Carlos) para ser el primer recambio en el ataque y también para servir de alternativa en el mediocampo. Por su nivel en Vélez, se lo consideraba un gran refuerzo... Pero ya su transferencia empezó mal, por un supuesto precontrato con el Birmin-gham inglés que impedía el acuerdo entre el América, el jugador y Boca. El propio Castromán tuvo que dejar la pretemporada en Tandil, interrumpir la preparación y viajar al norte del continente para destrabar en persona el conflicto, dejando de lado una deuda de 700.000 dólares a cambio del pase libre. Y por el mismo dinero, en concepto de premio y contrato, arregló acá.

El debut, después de las idas y vueltas de su pase, iba a ser en el primer partido del año ante Independiente, pero por culpa de un estado febril no pudo salir a la cancha, aunque quiso viajar a Mar del plata y esperar hasta último momento por la oportunidad (que al final no se daría). Recién pudo presentarse el 19 de enero frente a San Lorenzo. Pero en su primer superclásico, el 2 de febrero en Mendoza, ingresó en el entretiempo por Ledesma y salió lesionado a los 35.

Pudo volver enseguida. Después de jugar en Reserva ante Central para agarrar ritmo, el 24 del mismo mes fue titular ante San Martín de San Juan. Pero duró un tiempo: salió por un esguince en el dedo gordo de la mano izquierda. Luego, fue al banco con Gimnasia, Atlas (entró) e Independiente. Y de repente dejó de concentrarse, por una negativa a volver a jugar en el preliminar. Eso no cayó bien...

Los problemas físicos menores también le jugaron una mala pasada, porque le impidieron alcanzar su estado físico ideal y sentirse bien para rendir en Boca. Volvió a jugar y de titular con Colón (2-1) y salió a los 15 minutos del segundo tiempo. También estuvo de arranque con Banfield y dejó el campo en el entretiempo, por su muy bajo rendimiento. Y sus minutos de despedida fueron ante San Lorenzo. Para colmo, en mayo sufrió en desgarro en el isquiotibial derecho durante un entrenamiento y en junio, cuando ya estaba bien, tuvo gastroenterocolitis.

Con tan flojo desempeño, en Boca ya le avisaron que no está en los planes para el próximo semestre y que en lo posible debe ir buscándose un nuevo club. Todo mal. Castromal.

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