domingo, 1 de junio de 2008

Hay esperanzas...

Todavía soñamos

Boselli fue la gran figura.

Fue un auténtico monólogo de Boca en el primer tiempo. Tuvo la pelota, la hizo circular con criterio y generó las mejores chances de peligro. Incluso consiguió un gol que Juan Pablo Pompei anuló.

Aunque la supremacía fue notable, el arco no se abrió y la etapa se cerró 0 a 0.

Pero en el segundo tiempo todo cambió desde el minuto uno. Arsenal abrió el marcador en su primera llegada con un cabezazo al piso de Leguizamón.

La ventaja le duraría apenas 15 minutos porque Mauro Boselli cortaría una racha de varios partidos sin convertir con un triplete espectacular.

El primero llegó tras una buena jugada de Neri Cardozo. El segundo con una definición exquisita al segundo palo, con cara interna del pie derecho, que dejó parados a su marcador y al arquero Cuenca.

La perla de la noche, que liquidaría el partido, la consumó a los 39 minutos. Un rebote dejó la pelota boyando en el aire y el goleador no dudó. Ensayó una chilena perfecta inatajable para el arquero. Era el definitivo 3-1.

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