viernes, 17 de octubre de 2008

Charlemos un ratito
Los jugadores xeneizes se tomaron una hora y veinte minutos para hablar, en el primer entrenamiento después del cruce de Riquelme y Cáceres. El fútbol, a sólo dos días del Superclásico con River, quedó para después. 
Tensión. Los jugadores de Boca no iban esta mañana a una práctica cualquiera. Era la última antes del Superclásico y además la primera luego de la increíble polémica pública entre Juan Román Riquelme ("Yo no puedo defender a este muchacho") y Julio César Cáceres ("Es una persona complicada"). El resultado: el diálogo prevaleció sobre el fútbol y todavía se desconocen los resultados. 

El entrenamiento estaba convocado para las 10, pero las actividades físicas no arrancaron sino hasta las 11.20. En el medio hubo una charla a puertas cerradas en la que, se descuenta, jugadores y cuerpo técnico hablaron del papelón ocurrido la semana pasada y que estuvo enmarcado en una muy mala racha de resultados de Boca.

A la salida de esa conversación, Cáceres mostró una imagen aliviada y hasta sonriente. A Riquelme se lo vio con el semblante de siempre: tranquilo, realizó ejercicios físicos con Ibarra, mientras el paraguayo jugaba un "loco" con el resto de los futbolistas.

Otro capítulo de la historia se dio en el fútbol-tenis. En ese momento de integración de los jugadores, Román se quedó a patearle penales a Caranta. Otra manera de evitar, al menos públicamente, a Cáceres.

En resumen, todavía habrá que esperar para conocer el final de la historia. Pero es claro que un capítulo muy importante se escribirá el domingo en el Monumental. Si hay victoria, puede ser que todos empiecen a llamarse a silencio. Si no, es muy probable que la sangre siga corriendo.

No hay comentarios: