miércoles, 21 de mayo de 2008

Boca3 - Atlas 0 .. Entretiempo

Con Boca no se juegaY hay que creerle a los pronósticos, nomás. El equipo de Ischia tiró la camiseta sobre la cancha e impuso respeto desde el vamos, con un primer tiempo soñado de Martín Palermo, quien convirtió tres goles y así prácticamente aseguró el pase a las semifinales de la Copa Libertadores. ¿Atlas? Hace agua por todos lados.

ESPERANZA. Marioni es la gran figura del Atlas. (Ovaciones)
El partido más importante del año. Ese rótulo le queda pintado a Boca y su encuentro de hoy ante Atlas en México por la vuelta de los cuartos de final de la Copa Libertadores. Un desafío al que no le cabe cualquier otro título y que le importa a los hinchas xeneizes tanto o más que un Superclásico o una final del mundo. Porque el equipo de Ischia necesita ganar en un país en el que sólo una vez festejó para seguir en el camino de la retención de la corona. Y porque el equipo no está del todo firme como en otras ocasiones,

La historia marca que Boca es grande y se convierte en un gigante en las más difíciles. La franja de oro que cruza el pecho tiene una mística única en el mundo y los jugadores la sienten, especialmente cuando el desafío es por Copa Libertadores. Aunque está claro que la camiseta no juega sola. Y uno de los responsables de hacer que la azul y amarilla se luzca es Riquelme.

Pero Román no apareció en plenitud en el partido de ida y la clasificación se complicó tras el empate 2-2 en cancha de Vélez. Por eso, para el diez el desafío se multiplicó en la previa de este partido de vuelta. Está claro. A esta altura, el ídolo no tiene que demostrar nada y la gente le va a estar agradecida por siempre. Pero se sabe que la serie de cuartos de final depende en gran proporción quizás, de lo que haga él y nadie más que él.

Con toda esa presión comenzó el partido para Román. Pero en los primeros minutos Riquelme no la vio y Boca pareció estar dormido. Es más, al minuto y medio de juego Mendivil tuvo una buena chance y la desperdició por la vehemencia con la que fue a rematar esa pelota. Primer susto para Ischia y compañía. Hasta acá, 0-0 y clasificación para los mexicanos.

Sabiendo eso, Boca no tardó en equilibrar el juego. Riquelme se asoció con Cristian Chávez y la pelota pasó a pies del equipo argentino. Y fue el diez quien se encargó de generar la primera chance del Xeneize. Tras una asociación con el Pochi y Morel por la izquierda, Román tocó para Palacio que no pudo superar al defensor rival para poner el primero.

Pero esa tendencia se acentuó en los minutos siguientes. Antes de los 10, el sector izquierdo de Boca le ganó las espaldas a los defensores rivales y quedó en inmejorables posiciones para que el nueve la metiera como suele hacer. Pero las dos veces que, primero Palacio y después Morel, llegaron hasta el fondo, no había nadie, ni Palermo, para empujarla. Ya estaba más que claro el planteo de los dos. La visita atacando y el Atlas jugando de contra.

Igualmente, el Atlas no era punzante en sus ataques y el fondo de Boca no sufría. Toda la acción pasaba por el campo local. La mejor muestra de eso llegó a los 18 minutos. Riquelme se puso la capa de superhéroe y habilitó como bien sabe hacer él a Palermo. El nueve, que no había estado en su lugar en las anteriores chances, recibió, se sacó a un hombre de encima y le pegó al arco con poca fuerza. Pero la pelota se le escurrió al arquero y tomó rumbo hacia el arco con destino de gol.

La suerte esta vez estuvo del lado de Boca, como en otras tantas ocasiones. Pero no se le puede adjudicar todo a ese factor. El Xeneize salió a ganar y se encontró con la ventaja en el mejor momento: 1-0 merecidísimo contra un equipo que no era sólido en la mitad de la cancha y mucho menos en el fondo.

El resultado no modificó el rumbo del encuentro. A pesar de que la clasificación estaba en manos de Boca, el equipo de Ischia no se durmió y siguió buscando el arco rival. ¿Atlas? Muy poco. Apenas un remate de Mendivil y un posterior rebote de Marioni, que controló Migliore.

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