miércoles, 28 de mayo de 2008

Boca 2 - Fluminense 2

El equipo de Ischia ganaba bien, con dos goles de Riquelme. Pero Neves sacó un remate frontal que el arquero Migliore increíblemente no pudo retener. ¿Y ahora? Como siempre, a sacar lo mejor de visitante. Esta vez, el pase a la final de la Copa Libertadores se definirá el próximo miércoles en Río de Janeiro.

LUCHA. Dátolo y Gabriel pelean por la pelota. Morel los mira.

El frío invernal que presentaba la ciudad de Buenos Aires le daba un toque especial a la noche de Avellaneda, donde Boca jugaba el choque de ida de las semifinales de la Copa. Enfrente, el complicado Fluminense, un típico equipo brasileño -poderoso en ofensiva y blando atrás- que acarreaba una muy buena racha en condición de visitante y disputaba esta instancia por primera vez en su historia. El local, en tanto, llegaba entonado tras la gran clasificación en México, en un inmejorable estado anímico. Problemas de tránsito en los accesos al estadio de Racing provocaban el atraso en el horario de comienzo. Con cinco grados de sensación térmica, la ilusión xeneize buscaba dar el último paso hacia la final de la Libertadores.

A base de presión y movilidad en el mediocampo, Boca intentó tomar la iniciativa desde el minuto cero. Pisó el área a los dos. Battaglia mandó largo pelotazo, Palermo fue a buscar por izquierda y el arquero Fernando Henrique salió con gran velocidad para rechazar. La respuesta del Fluminense, que pretendía jugar de igual a igual, fue una jugada personal de Thiago Neves. El enganche encaró por el medio y probó con un remate de media distancia. Cerca del palo derecho de Migliore. Si bien el dominio territorial era azul y oro, en situaciones la historia era pareja.

La primera emoción fuerte del partido llegó a los once. Fue a través de un circuito conocido, aunque con el orden alterado. Porque Palermo habilitó -de derecha- a Palacio, éste tocó al medio y Riquelme, absolutamente solo, empujó a la red para romper el cero. El gol, tempranero, daba tranquilidad al Xeneize. Sin embargo, al igual que frente a Atlas en Vélez, los dirigidos por Ischia volvieron a sufrir sus propias fallas en el juego aéreo. Thiago Silva metió un cabezazo limpito a la salida de un tiro libre desde la derecha y batió a Migliore. Todo como al principio.

El empate activó a Boca, que fue con todo a buscar una nueva ventaja. Chávez lo tuvo. Le dio con la cara interna de su pie derecho, desde afuera del área, y la pelota pegó en el ángulo superior izquierdo de Fernando Henrique. Diez minutos después, Dátolo envió un centro pasado, Palermo la bajó y Riquelme no pudo cabecear. En otra, una gran jugada colectiva, Riquelme tiró una pared con Chávez, quien devolvió con un taco hermoso, y Dátolo sacó un remate mordido. Desviado. El equipo argentino era superior.

De cara al descanso y dentro de la supremacía local, las chances fueron una para cada uno. El arquero brasileño tapó bien un tiro libre de Riquelme, desde la derecha y por afuera de la barrera. Y en la última, Junior César llegó al fondo por la izquierda y eligió el sablazo cruzado. La bola pasó apenas al lado del palo zurdo de Migliore.

Boca salió a jugar el segundo tiempo con mucha actitud. De esa forma, no tardó en meter contra su arco a un Fluminense que evidentemente sintió ese asedio. Al minuto nomás, Palermo cabeceó un centro de Chávez y Fernando Henrique rechazó. Enseguida, la jugada se repitió con distintos protagonistas. El envío fue de Palacio y el testazo de Paletta. Otra vez surgió la figura del arquero visitante para ahogar el grito xeneize. En ese tramo, que duró hasta poco más de los diez, el conjunto de Ischia arrolló futbolísticamente a un rival que no daba señales de vida.

El intento de los brasileños por recuperar terreno fue en vano. El local estaba encendido y volvió a arañar la victoria parcial. Palermo puso la pelota en el área, Palacio aprovechó una falla defensiva y tocó atrás. Chávez metió el derechazo. No entró por muy poco. El desarrollo del trámite hacía inminente la caída del arco del Flu. Y en un tiro libre que se demoró por pedidos de Riquelme al árbitro, el remate del número diez se desvió en la barrera y descolocó a Fernando Henrique. Con justicia, Boca volvía a estar arriba.

Lo primero que hizo Ischia después del gol fue sacar a Chávez, amonestado. En su lugar entró Cardozo, para acompañar -junto con Dátolo- a Riquelme en la creación. Antes de la conquista, había ingresado Ibarra por Maidana. Enfrente, la visita buscaba tímidamente, casi sin argumentos para acercarse al empate. Un zurdazo desde lejos de Thiago Neves exigió a Migliore, pero Washington no le pudo dar bien en el rebote. Boca seguía siendo más, pero ya no era esa máquina de atacar que había arrasado en el arranque del complemento. Cardozo probó desde afuera, sin puntería. Y de contra, Junior César desbordó por izquierda y tocó atrás. Washington, de zurda, chocó otra vez con Migliore, quien contuvo en dos tiempos.

Boca agotó los cambios. A los treinta, Vargas reemplazó a Battaglia. Y un minuto más tarde, la mala fortuna de Migliore le dio la igualdad al Fluminense. Un disparo de zurda, aparentemente inofensivo, de Thiago Neves se le escurrió al arquero y terminó adentro. Faltaba poco más de un cuarto de hora, con tiempo de descuento incluido. En ese rato, los de Ischia fueron a la carga por todos los medios a buscar el triunfo. Lo tuvieron Palacio, de zurda, y Palermo, de cabeza. Pero no hubo forma de quebrar la resistencia brasileña para el local. ¿Puntos positivos para el Xeneize hacia el partido de vuelta? El rendimiento y que el resultado, a priori incómodo, es el mismo que el obtenido en la ida de la llave de cuartos de final. De todas maneras, la serie está abierta y se definirá el próximo miércoles en el emblemático Maracaná.

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