El Pochi, que ingresó en el segundo tiempo y convirtió el gol de la victoria, homenajeó a su amigo Palermo. "Esta victoria es para él", dijo emocionado.
Justamente, por la lesión de Martín, el resto de sus compañeros intentó cumplir con su rol de goleador. Y al que le calzó el traje fue nada menos que a Pochi. Para él, más allá de la dedicatoria posterior y del triunfo, el gol valió una revalidación. Porque su titularidad le había durado apenas 45 minutos (ante Gimnasia de Jujuy, cuando fue reemplazado por Gracián, el equipo terminó goleando y con Arsenal fue al banco) y necesitaba un grito para poder tomarse revancha. "En el primer partido no lo hice nada bien, así que significa mucho para mí este gol. Yo voy paso a paso, estoy tranquilo, tengo que seguir trabajando para no volver a caerme como en el debut. Todavía me falta aprender mucho, ese día jugué mal y no porque ahora hice un gol me voy a agrandar. ¿Qué le diría a mis amigos del barrio? Que estén tranquilos, porque la otra vez me cagaron a puteadas porque había jugado mal, je", se vengó el volante.
Además, su gol no fue cualquier gol. Porque fue el fruto de una jugada con clase, buen toque y que terminó con una gran definición propia. "A lo Tevez, je", dice Cristian entre risas, aunque aclara que está exagerando. "Estaba preparado para entrar fresco y lo hice bien. El equipo no estaba jugando mal, le faltaba un poco de ritmo y creo que yo le di velocidad. Yo estaba mirando el partido desde afuera y cuando entré sabía lo que tenía que hacer. ¿El gol? Justo vi el hueco y me metí, sabía que Fabián (Vargas) me la iba a tirar ahí y la fui a buscar. Después, lo vi de reojo a Bossio, y le pegué. Le podría haber dado en el pecho, pero me salió allá y entró. Estoy muy feliz", relató Pochi, aunque la felicidad no haya sido completa. Le falta el nueve...
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