martes, 18 de marzo de 2008

Palo

Pablo Migliore se puso de sombrero su auto mientras conducía por autopista Dellepiane. Tanto él como el arquerito Josué Ayala, que lo acompañaba, sufrieron heridas leves y quedaron internados 24 horas en observación.

No van ser pocas, seguramente, las cosas que cambiará el sanguíneo Pablo Migliore después de este lunes 17 de marzo que quiso concederle una vida extra. Difícil, por más que las pericias demuestren que no tuvo ninguna responsabilidad, que el Loco mantenga el amor por los autos, la velocidad, sus frecuentes salidas de los entrenamientos arando y esa locura que lo vuelve un personaje tan querible para algunos como a veces preocupante para su círculo más íntimo. Difícil que nada cambie después de un accidente de esos que suelen cambiar todo en una familia y que, en este caso, sólo dejó dos arqueros de Boca con cortes y politraumatismos. Migliore (26 años) y Josué Ayala (19), el segundo y cuarto arquero del plantel de Carlos Ischia, volcaron en la autopista Dellepiane a la altura de la calle Montiel, en Villa Lugano, y gracias a los cinturones, los airbags y las demás prestaciones de seguridad del BMW negro que manejaba el suplente de Caranta ninguno de los dos sufrió lesiones mayores. Incluso ambos salieron del auto volcado por sus propios medios. Inmediatamente llegó la Policía y una ambulancia del SAME los trasladó al hospital Santojanni, donde recibieron las primeras curaciones, y a las 17.10 fueron trasladados a la clínica Los Arcos. Allí permanecerán internados en observación hasta hoy. Curiosamente, uno de los testigos privilegiados del accidente fue el propio técnico de la Reserva, Abel Alves, que también había salido desde La Boca tras la práctica y se dirigía a su casa: "Todavía no lo puedo creer. Yo venía unos 1.000 metros atrás de ellos cuando pasó el accidente. Siempre nos cruzamos en la autopista, porque de las prácticas salimos para el mismo lado. Yo voy para Ezeiza y Pablo deja algunos compañeros en el camino y va para Ramos Mejía. Cuando llegué al lugar del accidente, que fue antes de la General Paz, vi un auto volcado y me impresionó el palo. Y en eso veo que del auto sale un pibe muy parecido a Josué Ayala. Paré en el medio de la autopista y casi me chocan a mí también. Lo primero que hice fue agarrar el celular y avisar en Boca. También llamé al doctor Veiga y a Ischia. Fue un momento de desesperación total", le contó el Chueco a Olé una vez que terminó su periplo por los hospitales detrás de los jugadores. Y agregó que los dos salieron sin problemas del auto, por más que a Ayala le salía sangre de un oído y estaba muy mareado, y que Migliore tuviera varios cortes en la cabeza.

El propio Alves fue el encargado de informar del accidente y en instantes apareció una ambulancia y efectivos de la Policía. "Lo único que me pedía Pablo era que le sacara sus pertenencias, porque tenían la ropa de concentración y un par de cosas más, y al auto lo habían rodeado algunos personajes sospechosos de la villa que está ahí nomás. Lo único que alcanzaron a contarme fue que se les vino un auto encima y los tiró contra el guardrail. Y tras el impacto, volcaron y anduvieron casi 200 metros sobre el techo. Todavía estaban muy asustados. Me dijeron que mientras iban dados vuelta se le venían encima todos los vidrios que se iban rompiendo y también piedras del asfalto", agregó Alves. Según los primeros indicios, un Bora los habría encerrado y provocado la maniobra que desembocó en el choque y el vuelco. Aún no está especificada la velocidad a la que iba el BMW de los jugadores.Enseguida, el Santojanni primero y la clínica Los Arcos después se convirtieron en una concentración de Boca. Por allí pasaron compañeros del plantel como Palermo, Palacio, Gracián, Pochi Chávez... Otros amigos de la familia Migliore como el Ruso Ribolzi y Blas Giunta. Y también dirigentes como Juan Carlos Crespi. Además, claro, del doctor José Veiga que apareció por el hospital no bien llegaron los arqueros y tranquilizó a todos con su parte. Increíble, a la luz de cómo quedó el auto, pero real: en unos días se estarán entrenando nuevamente con el equipo. Nadie mejor que un arquero, o dos, para saber lo que sigue en la vida cuando una pelota da en el palo.

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