martes, 22 de abril de 2008

Boca Clasifico.!! Ni Con 4 Ni Con 5... Con 3!




Sufrido, de dientes apretados, con el valor agregado que siempre poseen los partidos definitorios en la Bombera. Boca consiguió la clasificación a los octavos de final de la Copa Santander Libertadores, aunque debió esperar hasta el final, mientras tenía un oído en Chile, para desahogarse y meterse entre los 16 mejores, tras derrotar a Unión Maracaibo, de Venezuela, por 3 a 0, con goles de Paletta, Dátolo y Riquelme. Con esa diferencia, logró pasar gracias al empate 1 a 1 entre Colo Colo y Atlas, en Santiago, que eliminó al equipo chileno.

Boca terminó segundo en el Grupo 3, con 10 puntos, con + 3 de diferencia de gol. Atlás, de México, ganó la Zona, con 11 unidades y, tercero, finalizó Colo Colo, con 10 puntos y +2.

Ahora, Boca, el campeón defensor de la Libertadores, espera rival para jugar la semana próxima el partido de ida de los octavos de final, en la Bombonera. En la próxima instancia, deberá enfrentar a alguno de los primeros de los Grupos.

Cuando a los 20 minutos de juego Boca ya ganaba por 2 a 0, parecía que el trámite iba a ser mucho más sencillo y todo hacía suponer que los xeneizes lograrían una holgada diferencia para no depender de lo que pasara en Santiago. Sin embargo, Riquelme recién logró el tercer y definitivo gol, a los 28 del complemento y desató una fiesta, a pesar de que los nervios se mantuvieron hasta el epílogo. Fue a lo Boca, como designa su historia. Con el corazón que no deja de latir, pero que siempre termina feliz.

Boca salió decidido a buscar los cinco goles que le permitían depender de sí mismo para pasar de rueda, sin preocuparse por lo que sucedía en Chile. De entrada, los laterales, Monzón y Alvaro González, comenzaron a adelantarse sobre el campo contrario, dejando en claro que los xeneizes iban a arrinconar a los venezolanos. Todos atacaban, a pesar de los espacios que quedaban en el fondo. Dátolo fue quien generó la primera acción que activó a la multitud que se acercó a la Bombonera. A los 2 minutos, el ex hombre de Banfield recibió un pase de Riquelme, entró por la izquierda y definió apenas afuera al primer palo de Henao, aquel arquero que, en 2004, privó al conjunto de la Ribera de conquistar la Copa Libertadores, cuando cayó ante Once Caldas, en Colombia.

Desde Santiago, llegó una mala noticia, a los 5. Colo Colo se puso 1 a 0 arriba ante Atlas y ese resultado obligaba a Boca a triunfar por cuatro tantos. Sin embargo, desde entonces, el equipo de Ischia se levantó con todo. A los 9, consiguió la apertura del marcador. Riquelme ejecutó un tiro libre y Paletta, de cabeza, dejó el balón contra el palo izquierdo del arquero para festejar. El defensor xeneize volvía a ser titular, tras un desgarro, pero no estuvo mucho más tiempo en la cancha: lesionado, a los 14, fue reemplazado por Jonatan Maidana.

La modificación no cambió el ímpetu de Boca. Luego de que se lo perdiera Palacio, a los 20, Dátolo hizo el segundo. Volvió a entrar al área por la izquierda y, con un toque al primer palo, esta vez venció al arquero del conjunto venezolano y estableció el 2 a 0. Por entonces, los xeneizes precisaban dos tantos más.

La presión era asfixiante. Maracaibo jugaba casi dentro de su propia área. Parecía que el tercero estaba al caer, aunque los venezolanos empezaron a salir y Boca ya no podía mantener la intensidad del inicio. A los 29, Caranta salvó el arco local al taparle un mano a mano a Urdaneta.

A Boca le costaba más llegar. Recién, a los 37, Alvaro González sacudió la modorra con un disparo desde afuera. Sobre el final, lo tuvo Riquelme, que entró solo por la izquierda, pero definió muy débil. Aunque, en tiempo cumplido, Beraza pudo descontar, aunque su disparo, luego de desviarse en Maidana, fue salvado por Caranta.

Pasó el primer tiempo y, en la Bombonera, aún necesitaban festejar dos goles más.

En el complemento, el panorama no cambió. Boca, obligado, fue a buscar más tantos y, otra vez, como en el inicio de la etapa inicial, puso contra las cuerdas a Maracaibo, aunque no lograba plasmar la superioridad en la red. En los primeros tres minutos, Palacio lo perdió dos veces.

Ischia decidió hacer el cambio, que, en un momento, antes del partido, planeaba desde el arranque. Gracián saltó a la cancha en lugar de Vargas, a los 7. El panorama era el mismo. Palacio lo tuvo otra vez, pero Henao impidió el tercero. La presión no cedía, aunque, de a poco, la desesperación envolvía a Boca.

Sin embargo, llegó una buena noticia desde Chile de la mano de un jugador argentino. Diego Colotto igualó el partido para Atlas y Boca pasaba a necesitar sólo un gol más para seguir en carrera en la Copa. En Buenos Aires, Henao se agrandaba. A los 23, respondió muy bien, tras un remate desde afuera del área.

Hasta que apareció Riquelme para alejar los fantasmas y decretar un estallido grande que, hasta ese momento, hacía que Boca siguiera en carrera. Iban 28 minutos, cuando Román enfrentó mano a mano a Henao y, con mucha tranquilidad, le picó la pelota al arquero colombiano y permitió que la Bombonera estallara en un grito grande, sufrido. Era el 3 a 0 parcial y, por primera vez en la noche, los xeneizes estaban en los octavos de final.

El suspenso se mantuvo hasta el final. Ischia pedía a gritos desde el banco ir por más. Los jugadores preguntaban desesperados si la diferencia alcanzaba. El empate parecía inamovible en Chile y, con ello, Boca respiraba con alivio. Hubo tres minutos adicionales en la Bombonera. Hasta que en la cancha de Boca todos se enteraron de la igualdad final en Santiago y Boca respiró aliviado, sabedor de que la desesperación ya había quedado atrás.

Ischia gritó fuerte. Los hinchas explotaron. Boca está en los octavos de final y su figura se acrecienta por los antecedentes que trae en la Copa Libertadores.



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