viernes, 29 de febrero de 2008

...Palabras Del 10...

El 10 está feliz con su vida pero no se siente el número uno: "Ojalá pueda jugar mejor". Elogia a Ortega y pide a Verón en la Selección.

Riquelme juega a ser modelo. Le tiran agua en la cara para simular gotas de sudor. Pica en botines nuevos y choca contra un asistente. Patea una pelota y rompe un pedazo de telgopor. Hay música, sushi, un fotógrafo que grita a lo Bambino y varios ojos que se posan en él. Román ni se inmuta. Hace las tomas, se ríe hasta el final. Ahí pide un mate, otro más, y se larga hablar de su lado B, el menos conocido...

--¿Cambiarías algo de tu vida si pudieras?

--Nada. Esto es lo que soñé de chiquito. Si yo dejé el colegio para ser futbolista... Me encanta esta vida, es maravillosa, me dio más de lo que esperaba. Por eso si volviera a nacer yo elegiría ser Riquelme.

--¿Y si tu hijo deja de estudiar para jugar?

--Si es feliz... Tengo uno de 5 años. Si es el fútbol, bienvenido.

--¿De chico soñabas con ser famoso?

--No, pero me terminé acostumbrando a que la gente me tenga aprecio. Sé que es lo único que me va a quedar cuando deje el fútbol. Ojalá que en el tiempo que me queda como futbolista no haga ninguna cagada para conservar ese cariño.

--¿Cómo es ser Riquelme fuera de la cancha? ¿Vas al cine, salís?

--Al cine no voy.

--¿No te gusta o por el asedio?

--Porque la pasamos concentrados. Y cuando salimos estoy en casa, disfruto de la familia, de mis amigos. Los extrañé mucho en estos cinco años. Trato de estar en Don Torcuato, donde la gente me conoce. En mi barrio no soy Riquelme, ahí simplemente soy Román.

--¿Qué dicen los hinchas de River del barrio?

--Yo tengo amigos que de chiquitos eran de River y ahora son de Boca por mí. Trato de ser respetuoso, por eso todos los hinchas me tratan con respeto. Si hago un gol lo festejo sin molestar a nadie.

--¿El respeto es de lo que más valorás al volver?

--Sí. Y en la cancha también lo siento. Los rivales me tratan con respeto.

--Pasaporte guardado: no te vas más de acá.

--Estuve cerca de ir al Atlético de Madrid y se cayó. Después pude ir a Alemania o Inglaterra, pero tomé la decisión de venir a Boca. Le dije a la gente de Villarreal que eran ellos o Boca. Ahora estoy en casa, con la gente que me quiere... Es bastante difícil que me vuelva a ir de Argentina.

--No te imaginás afuera.

--No, la verdad que no. Pero soy sincero: tampoco me imaginaba estar hoy en Boca. Yo tenía claro que me quedaba contrato hasta junio del 2009 en Europa y que después sí iba a intentar volver. Pero bueno, se dio esto y es un sueño cumplido que disfruto día a día: en los partidos, en todos los entrenamientos...

--¿Por qué sueño si ya habías jugado en Boca?

--El sueño se cumplió hace un año gracias a Mauricio (Macri), que gastó unos pesos y me trajo, ja. Ahora se dio lo mismo con Pompilio. Yo cada vez que veía a otro con la 10 de Boca me sentía raro. Sentía que se la prestaba y nada más, porque era mía. Por eso me hace feliz tener esa camiseta en cada partido.

--Esa 10 la usó Diego. ¿Que sentís cuando en las encuestas te eligen más ídolo que él?

--Me pone feliz. Y raro a la vez. A veces pienso que no soy yo. En Boca me trataron bien desde el primer día que jugué. Fue algo maravilloso. Igual que en el partido después del secuestro de mi hermano. Siempre estaré agradecido. En Boca hubo un montón de ídolos. Y Diego es lo máximo, nuestro Dios. Seguro que él hubiera querido jugar la Libertadores, pero nos dio mucho en el año que jugó antes de ir a Barcelona. Es el más grande en Boca y la Selección.

--¿Hasta cuándo te vas a poner esa número 10?

--Soy feliz jugando el fútbol, es el deporte más lindo que hay. Entro a la cancha sabiendo la responsabilidad que tengo, pero con las mismas ganas que cuando era chico. Aunque con alguna obligación más, porque ahora el DT me pide algún esfuerzo que antes en el barrio no tenía que hacer... Quiero jugar mucho tiempo más.

--¿Te imaginás jugando en Boca a los 40 años?

--Tengo objetivos cortos. Ahora pienso en Boca, en las Eliminatorias, en los Juegos Olímpicos, que es la única competencia que me resta jugar. Y después aparecerá otro objetivo.

--¿Un desafío es defender la raza del enganche?

--No sé. La entrada la pagás por Zidane, Ronaldi-nho, Messi, Verón... Será un poco más adelantado o atrasado, pero vas a ver a los dueños del equipo. No pasa por si es enganche o no. Yo no la agarro delante del 5, eh, la pelota me llega a la izquierda de él o a la derecha, como volante si se quiere. Pero por eso no dejo de ser enganche.

--¿Quién es el mejor de todos en Argentina?

--La gente de River espera que Ortega le haga ganar el partido. Y a Verón le sobra en Estudiantes. Yo esperaba ganar la Copa América con él. Ojalá podamos cumplir el sueño de jugar juntos de nuevo. Pero él no se va a ir de Estudiantes y yo tampoco de Boca.

--¿Vos en serio no te sentís el mejor de Boca?

--No. En Boca cada uno tiene que hacer su trabajo. Yo debo tener la pelota y asistir. Por suerte está Palermo que con la cabeza, la espalda, el taco o lo que sea siempre hace un gol. Y Palacio. Queremos que él se convenza de que es el delantero más desequilibrante del país. De a poco se lo está creyendo.

--¿Qué sentís cuando los demás aseguran que sos el número uno?

--Me hace sentir feliz. Si dijera que no sería un mentiroso. Eso significa que uno ha hecho algo bueno. Ojalá que cada día pueda jugar mejor al fútbol, porque quiero crecer. Yo no me siento el mejor, sino que intento ayudar a mi equipo a encontrar los espacios. Es mi obligación, como Battaglia tiene que correr más que yo. Si después de lo que corre Seba yo la pierdo enseguida, me mata. Me pasa lo mismo con Masche en la Selección. Lo tomo más de esa manera que de sentirme tan importante como algunos dicen. Lo que pasa es que en el fútbol se ve más al que tira un caño que al que corre para que ése la pueda tener y tirar el caño. Todos necesitamos de todos. Esto no es tenis.

--¿Y el mejor DT?

--Bianchi, sin dudas. Es complicado ganar tantas Libertadores como él y ganar en Japón. Lo hizo con Boca, con Vélez... Yo lo disfruté bastante como técnico. Es el mejor en todo.

--¿Algún día te encontrarás con Bianchi en la Selección Argentina?

--No sé si Carlos va a querer volver a dirigir, está tranquilo y con su familia.

--¿Hablan de fútbol o ahora sólo de la vida?

--Ya hablamos de cualquier cosa. No me puede retar, ja. De fútbol debe hablar con Ischia, son amigos.

--¿Simeone te gusta?

--A él no lo conozco.

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